La humanidad se encuentra inmersa en un constante diálogo de capas de existencia y pertenencia,
la búsqueda de la abstracción se vuelve una necesidad inevitable para subsistir.
Este conjunto de obras, se convierte en un espejo imaginario.
Me enfrento a indagaciones sobre la obra contemporánea ¿Conceptualizo? ¿Cuándo lo hago?
¿De qué está hecha esta obra? ¿contiene alma? ¿atraviesa ? En este contexto se despliegan nuevas rutas de exploración.
Como artista ecléctica, la técnica aparece cuando es necesaria, y la reflexión también . O puede surgir en sentido contrario.
Con introspección en lo profundo y en lo superficial, reconozco que mi trabajo se centra en el cuestionamiento de la existencia, su evolución, su naturaleza parasitaria y su valor en el cosmos. La temporalidad es, para mí, una variable esencial, imagina a un mundo vacío, donde el silencio lo inunda todo.
Lo abstracto despoja de narrativas, figuras y símbolos que lo anclen a lo convencional.
La conexión entre el cuerpo y el proceso creativo, donde cada trazo se convierte en un rito que manifiesta tanto lo corporal como lo inconsciente.
En este sentido, encuentro en Anet Sobel un pilar fundamental de mi proceso, fue una pionera en el uso de la técnica de pintura por goteo.
Las referencia de las trayectorias de Sobel me establecen en un marco conceptual que trasciende lo superficial .
En este laberinto contemporáneo, la abstracción se convierte en un acto de resistencia y reflexión, una búsqueda por desentrañar
el sentido de nuestra existencia en medio del ruido y la fragmentación.